Está claro que la música es algo indispensable para nosotros los que tenemos gusto por este arte, lo hacemos siempre, en cualquier momento del día, según lo que estemos sintiendo elegimos la canción correcta. Esta afinidad con la música, se ha convertido en una necesidad, y a lo largo de la historia, la forma de escucharla ha ido evolucionando.
Vivimos en la era de la modernidad, donde la tecnología sirve para facilitarnos la vida, como una herramienta para tener todo al alcance de nuestras manos. Esto también ha transformado la música, ahora es posible tener acceso a cualquier canción, y hacerlo en cualquier lugar, solo conectándonos a un MP3 o celular.
Yo nací en el nuevo milenio, y solo conocía la música digital. Ya se había perdido la costumbre de escuchar los vinilos, los Casetes incluso los CD, todo estaba en internet y era tan fácil como dar un clic y descargarlo. Sin embargo, mi gusto voraz por la música y mi deseo de aprender cosas diferentes, hizo que probara formas alternativas. Pedí en la navidad del 2009 un álbum de los Beatles (A Hard Day’s Night) en el formato CD, y son indescriptibles los sentimientos que despertó en mí un álbum de mi banda favorita, que para muchas personas, solo es un disco, nada más, hasta les parece una idiotez gastar dinero en algo que puedes encontrar gratis en internet.
Entonces la pregunta es: ¿Por qué en pleno siglo XXI y en plena modernidad todavía hay gente que prefiere escuchar música en los formatos antiguos?. Podemos darle respuesta a esa pregunta analizando la causa de la euforia que sentí aquella noche de navidad. Desde que era más pequeño me gustaban los Beatles, la pasión por su música siempre estuvo presente, pero con este disco la pasión se convirtió tangible, ahora podía tocar el disco, sentirlo entre mis manos, observar la portada, la contra portada, leer los títulos y mirar las increíbles fotos de un librito incluido.
Luego de que adquirí mi primer disco, no me volví a limitar con solo escuchar, empecé a disfrutar te este conjunto, pues los formatos físicos son un conjunto de artes, el arte visual de la portada y las fotografías, y el arte auditivo de la música en sí. Este es un conjunto inseparable, podemos disfrutar de los sonidos, pero si también admiramos con detalle lo que capta nuestros ojos, sacamos un mejor provecho.
Muchas personas hablan de las ‘’desventajas’’ de la música en formato físico, entre ellas, los elevados precios. Mientras que Spotify cuesta ocho mil pesos colombianos la mensualidad y YouTube es gratuito, los CD en promedio cuestan cuarenta mil, y los vinilos ciento veinte mil, y este último formato que nombramos, los vinilos, tiene demasiadas ‘’desventajas’’. Son muy frágiles, se pueden rayar con facilidad, pesan mucho y son muy grandes. Escuche esta opinión demasiadas veces, pero quise comprobarlo por mí mismo.
Adquirí el LP Rubber Soul de los Beatles y comprendí que una ‘’desventaja’’ es relativa, no existen aquellas desventajas, solo la falta de experiencia y las mentes cerradas. Bueno, la verdad depende de tus intereses, si tu interés es la comodidad, obviamente un vilo grande y pesado no es tu mejor opción. Pero si por el otro lado tu interés es disfrutar la música, en los formatos físicos y sobretodo en los vinilos vas a encontrar muchos puntos positivos.
Varios amantes de este formato, afirman que los vinilos suenan mejor que la música digital, esto está en discusión, todavía es incierto. Más bien esta es una excusa para comprarlos y disfrutar de las demás experiencias positivas que nos ofrece. Un vinilo al tener un gran tamaño, nos permite disfrutar aún más el arte visual que un CD. No hay nada mejor que observar y pasar la manos sobre la portada de ese disco que nos gusta tanto.
Como dijimos anteriormente, un vinilo exige varias responsabilidades, pero no sé si eso sea una ‘’desventaja’’, no lo creo. El humano siempre cuida lo que ama, y disfruta haciéndolo, un ejemplo de esto es la familia. Entonces ¿Por qué estaría mal cuidar esos objetos redondos que significan tanto para nosotros?. En mi caso personal, disfruto cuando saco un vinilo de su sobre, lo coloco cuidadosamente en el tocadiscos y lo limpio suavemente con el cepillo especial.
Actualmente escuchar música es cuestión sacar el celular, tocar la pantalla y pulsar play. Pero en mi opinión las cosas fáciles son aburridas, disfruto más los resultados de grandes esfuerzos. Por esta razón también prefiero los vinilos, las cosas que debo hacer antes para que suene, se han convertido en un ritual. Un ritual musical que me obliga a desconectarme un poco del mundo exterior y concentrarme en colocar la música y escucharla.
Todos escuchamos música en cualquier parte, en el trabajo, mientras estudiamos, en la cocina, etc. Pero el vinilo, no lo permite, debemos estar presentes en el estudio o en la alcoba, haciendo únicamente eso, escuchando música. Esto no es una desventaja, es sentarse y mirar un disco dar vueltas, maravillarse de que de un objeto negro y circular salgan esos sonidos que nos gustan tanto.
Autor: Gelber Santiago Morán F. | Fuente: www.efectofuzz.com